El Grúfalo
Julia Donaldson
Donaldson emplea como texto rimas pareadas con un ritmo considerable. Las ilustraciones, de Axel Scheffler, describen a la perfección el animal que da título al cuento. El protagonista es un ratoncito que anda buscando al grúfalo por el bosque de forma involuntaria, ya que realmente no cree en su existencia. El ratón, muy osado, consigue ahuyentar a otros animales y disuadirlos diciendo que el grúfalo es feo y temido. Por sorpresa, acaba encontrándose al grúfalo, y es tal como lo imaginaba: feo, con cuernos, marrón y con una enorme verruga. Lejos de amedrentarse, el ratón se pone a conversar con el grúfalo, el cual está acostumbrado a que todos los animales huyan de él. Como con el ratón no sucede lo mismo, el propio grúfalo piensa que el ratón es el animal más temido del bosque, cambiando por completo las tornas de la historia. En un divertido final, el grúfalo es el que acaba huyendo temiendo por su vida. Se trata de una historia que habla de las apariencias y de que hay que conocer a las personas antes de juzgarlas.